Tuesday, May 29, 2012

El Monstruo de Yunnan


Vendía restos humanos como «carne de avestruz»


Zhang Yongming mataba a los jóvenes que veía caminar frente a su casa
Zhang Yongming convirtió sus instintos homicidas en un negocio: después de asesinar a sus víctimas, vendía los restos en el mercado, haciéndolos pasar por carne de avestruz.
Es uno de los escalofriantes detalles publicados en los últimos días en la prensa china sobre el “monstruo de Yunnan”, un campesino de esta región situada al sur del gigante asiático y responsable de la muerte de al menos 11 hombres, la mayoría menores de 20 años.
El número de sus víctimas podría ascender todavía, ya que otras seis personas siguen desaparecidas en la zona, en el aislado condado de Jinning.
Según Xinhua, Zhang empezó sus crímenes en 2008 y atacaba a sus víctimas cuando pasaban caminando frente a su casa, situada en una carretera comarcal en Jincheng, una aldea como tantas de la China rural.
Las autoridades chinas confirmaron durante el fin de semana su detención con una sobria nota de la agencia estatal Xinhua, al tiempo que se apresuraban a censurar en la red el resto de informaciones, especialmente los detalles escabrosos, que se han hecho públicos de todos modos.
“The Standard”, un diario de Hong Kong, aseguró que Zhang alimentaba a sus mascotas con los restos humanos que no vendía en el mercado. Según este mismo periódico, la Policía encontró en su domicilio bolsas de plástico verdes de las que asomaban los huesos de varias víctimas.
También se han citado fuentes policiales y vecinos para asegurar que el asesino almacenaba ojos humanos en frascos de licor y que habría dejado tiras de carne humana secándose al sol.
Zhang, de 56 años, tenía una larga historia criminal y, de hecho, pasó casi 20 años en la cárcel (de 1978 a 1997) por asesinar y desmembrar a una persona en su juventud.
Sus vecinos aseguran que llevaban tiempo alertando a la Policía de su comportamiento violento contra los adolescentes del pueblo, a uno de los cuales habría intentando estrangular con un cinturón en plena calle.

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