Recientemente la intéprete estadounidense Robin Wright reveló lo difícil que es conseguir un papel en la industria para las mujeres mayores que no quieren someterse a este procedimiento. "Sin botox no hay trabajo", sentenció. "Espero equivocarme, pero creo que estamos programando a los espectadores para que solo quieran ver en la pantalla caras estiradas".
Una fanática de la toxina botulínica es Fergie, la cantante de Black Eyes Peas, que a pesar de que aún no llegó a los 40 años -tiene 37- seguramente ya perdió la cuenta de la cantidad que le inyectaron, aunque su rostro extremadamente inflado y sin arrugas la dejan en franca evidencia.
La ex primera dama de Francia, Carla Bruni -que a los 44 años planea retomar su carrera de cantante- sorprendió a todos los presentes cuando asistió a votar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. De acuerdo con The Huffington Post, su cara estaba hinchada y mostraba huellas de haberse sometido a ese tratamiento, pero también a otros procedimientos cosméticos.
Melanie Griffith es conocida por invertir cuantiosas sumas de dinero en su estética. Para algunos, su carrera contrarreloj se debe a que está casada con su apuesto colega español, Antonio Banderas, varios años más joven que ella y para quien el tiempo parece no pasar. Por supuesto que es una de las que se ubica en los primeros puestos de las seguidoras de esta mágica solución que 'borra' por un tiempo las arrugas.
Meg Ryan, Sandra Bullock y Demi Moore son otras de las celebridades que no se resignan a perder la lozanía de su rostro y se someten a todo tipo de tratamientos de belleza, entre los que jamás faltan unas cuantas dosis de botox. Ellas son una muestra de que los excesos a veces pueden ser contraproducentes y puede no haber vuelta atrás.
La sensual Pamela Anderson quiso conservar la belleza de sus facciones que en su juventud la llevaron a la fama luego de su participación en "Guardianes de la bahía", pero -a juzgar por las imágenes actuales- no pudo conseguirlo y perdió por completo la naturalidad de sus expresiones.
La actriz australiana Nicole Kidman admitió haberse aplicado varias inyecciones para conservar la belleza y perfección de su cara aunque no quedó conforme con el resultado y aseguró haberse arrepentido. "No me gustó después el aspecto de mi rostro", confesó a la revista alemana TV-Movie. "Ya no lo uso y ahora puedo mover otra vez la frente".
Julia Roberts, quien también pertenece al 'club' de las arrepentidas, manifestó que no se vio bien por varios meses. "Tengo tres niños que deberían saber qué es lo que estoy sintiendo, cuando lo estoy sintiendo", sentenció en una entrevista con Access Hollywood.
Años atrás, la intérprete Jennifer Aniston, también reconoció haberse efectuado algunas aplicaciones de esta sustancia aunque confesó que no volvería a usarlo nunca más. "Lo probé, pero no me fue bien. Sentía como si tuviera un peso en mi cabeza", admitió a la revista francesa ELLE, "Acaba con la calidez en una cara. Ves a algunas mujeres y sabes que no son mayores, pero no sabrías decir qué edad tienen. Eso es lo que me detuvo", contó la ex esposa de Brad Pitt.
Con apenas 25 años, la controvertida Lindsay Lohan ya pasó varias veces por el quirófano para retocar su cuerpo y sus facciones, y, a pesar de su corta edad, los efectos de las inyecciones de botox se evidencian en su rostro inflado que, con tantos excesos, perdió la frescura de su juventud.
Meses atrás, la bella Megan Fox salió a desmentir que se hubiera sometido a ese tratamiento y para ello subió fotografías en la red social Facebook ,en un álbum al que tituló: "Cosas que no puedes hacer con tu cara cuando usas botox". Allí publicó varias imágenes de su rostro tomadas de cerca con una cámara web en las que gesticula y muestra que es una de las pocas celebridades que aún no se han rendido a los encantos de este fascinante 'elixir' que promete la juventud eterna.
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