No hizo nada distinto a lo que cualquiera de nosotros podríamos realizar: fue al mercado a comprar calamares ¿Lo extraño? Que se quedó ‘embarazada’ de uno de ellos, aunque no en el sentido habitual de la palabra.
Parece una broma, pero no lo es. Le ocurrió a una mujer de 63 años en Corea del Sur, según un artículo científico del Centro Nacional de Información sobre Biotecnología en Bethesda, Maryland. La protagonista de esta historia sintió algo extraño en su boca después de morder uno de estos ejemplares hervidos, que no habían sido completamente cocinados; algo se retorcía en su interior. Inmediatamente, dejó de comer y se fue al hospital. Allí se encontraron con la sorpresa: 12 pequeños calamares se habían agarrado a las encías, la lengua y a la parte interior de las mejillas. Había sido inseminada por el animal.
Los médicos descubrieron en el centro que el macho le había lanzado espermatóforos, es decir, una especie de cápsulas creadas por los machos de varios invertebrados que contienen espermatozoides y que son liberados al órgano sexual femenino durante la cópula. El mal, eso sí, no pasó a mayores, puesto que a la mujer le fueron extraídos estos pequeños bebes cefalópodos presentes en el semen que se había disparado.
Este desagradable fenómeno no es, obviamente, muy común: normalmente, en occidente se retiran los órganos internos de los calamares antes de su consumo. No obstante, no es el primer caso que se da de este tipo; algo parecido ocurrió en diciembre del año pasado, cuando las autoridades japonesas reportaron cómo una mujer sufrió fuertes dolores en la boca después de comer calamares crudos. La descripción del caso explica cómo en Oriente se producen más estos episodios dada la afición de los consumidores por comer pescado crudo.
Visto lo visto y, aunque no debería preocuparnos, no estaría de más que, a partir de ahora, tuviéramos más cuidado al pedir calamares en un restaurante. Por si las moscas.
Agencias
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